sábado, 8 de marzo de 2008

Evaluacion docente

¿QUÉ SE EVALÚA A LOS DOCENTES?
Adolfo Zárate Pérez

Sin duda la evaluación es importante para mejorar los procesos pedagógicos y de gestión, que repercutan directamente en los aprendizajes escolares. Es más, existe la necesidad indispensable de realizar una evaluación de 360º al sistema educativo nacional, desde el Ministerio hasta el último personal que trabaja en el sector. La actual evaluación para nombramientos y contratados según la Ley 28649, en realidad es una parte de la evaluación, ya que un examen no es una evaluación, sino parte de ella.

Una evaluación se realiza en función de una matriz. La matriz sale del perfil ideal del maestro peruano, en este caso; entonces cabe la pregunta ¿Quién es el buen maestro o cómo debe ser un maestro peruano?, ¿lo tenemos definido?, No. Si bien el PEN define las políticas de desarrollo magisterial, no define el tipo ideal de maestro que se requiere hoy. De ahí parte nuestra preocupación, en función de qué perfil está elaborado la prueba a aplicarse este domingo. La estructura y especificaciones están publicada en el portal del MED, que es motivo de un análisis somero. Veamos.

De un total de 100 preguntas, 50 son de conocimientos generales: 30 de comunicación: incluye comprensión de lectura y algunos aspectos de aptitud verbal y 20 de Razonamiento Lógico Matemático. Es decir, similar a un examen para ser resuelto por un estudiante de secundaria o un examen de admisión a una universidad (la universidad evalúa porque el estudiante debe reunir algunas herramientas propedéuticas que le sirvan en la vida universitaria y que garanticen con éxito durante el proceso de su formación profesional, y algunas universidades se dieron cuenta que los tipos de prueba con alternativa múltiple no medían las capacidades reales de los estudiantes, entonces modificaron por la pruebas de ensayo). La cuestión radica en explicar cuál es el fundamento técnico que el 50% de la prueba sea genérico e igual a un egresado de secundaria. Si nos referimos al primer aspecto, no existe la comprensión por la comprensión, sino que influyen una serie de factores contextuales, culturales, sociales, cognitivos en la reconstrucción de significados. No existe el texto sin contexto. En tal sentido implica tener muchísimo cuidado en la elaboración de la prueba. Si consideramos que el maestro debe ser una ventana abierta al aprendizaje podría justificarse la presencia de comprensión lectora en la prueba, pero no, por ejemplo del “término excluido”, ya que son un conjunto de palabras divorciadas del contexto y que es necesaria excluir una que no pertenezca al campo semántico. La semántica cognitiva nos enseña que una palabra adquiere significado y sentido en el uso, es decir en una situación y contexto determinado en relación directa con nuestra cognición. Referente al Razonamiento Lógico Matemático, si bien se privilegia el desarrollo del pensamiento como la tarea de la educación en el siglo XXI, eso no implica embarcarse en un único tipo de pensamiento lineal, existen otras formas de pensamiento que el maestro debe cultivar como el pensamiento concreto, paralelo, horizontal, crítico, creativo, multidireccional, entre otras formas. El mismo Piaget reconoció su poca aplicabilidad de la lógica en la vida práctica. Imagínense resolviendo esta prueba a Vargas Llosa o García Márquez, intelectuales de reconocida trayectoria, simplemente sería un absurdo calificarlos de “faltos de inteligencia” por no resolver este tipo de prueba.

El otro 50% de la prueba, está referido a aspectos pedagógicos en general. En la estructura se muestra: Capacidad pedagógica 10 preguntas, pero antes que capacidades son contenidos pedagógicos como Enfoques pedagógicos, Planificación curricular, Psicopedagogía, Currículo, Procesos pedagógicos, que en mi punto de vista debería contener por lo menos 20 ítems.

La segunda parte de la prueba, considera 10 preguntas referidas a aspectos genéricos del nivel, como el DCN, características de los estudiantes; y se repite con la anterior, enfoques pedagógicos, y las últimas 30 preguntas son conocimientos de especialidad, que más parecen los contenidos del DCN para evaluar alumnos, que evaluar docentes. Aquí era condición sine qua non examinar la actualización del docente en su área, su especialidad, las nuevas teorías científicas, corrientes de pensamiento, innovaciones, las últimas investigaciones y descubrimientos en la especialidad, por citar, si el profesor es del Área de Comunicación, tendrá que saber sobre didácticas del aprendizaje de lenguas, corrientes lingüísticas contemporáneas, propuestas como de la teoría de la relevancia, semántica cognitiva, literacidad crítica, lenguaje y cognición, etc., etc. Por otra parte, hay aspectos que se obviaron como el campo de la investigación, gestión institucional, dado que la nueva Carrera Pública Magisterial señala tres campos de ocupación a que pueden acceder los maestros.

Ahora bien, son conocidas las limitaciones de este tipo de pruebas de lápiz y papel con alternativa múltiple, llamadas objetivas, así como su confiabilidad; empero, por la forma de calificación es más fácil y práctica. Como se percibe, falta aún muchos elementos de una buena evaluación. No se ha reflexionado ni concertado lo suficiente como para garantizar que su diseño, aplicación y análisis sean útiles. No se conoce las especificaciones que han guiado la elaboración de las pruebas, la experiencia que sus autores tienen en ese campo ni los mecanismos de validación que se han podido usar.
La ventaja de los postulantes, es respecto al tiempo, 100 preguntas para tres horas, hasta parece excesivo, en comparación al examen PAEP, que es una prueba estándar con características similares, de una pregunta por minuto, es decir la prueba hubiese durado solo una hora con cuarenta minutos.

Respecto a la prueba psicológica, por los componentes señalados, cabe la aplicación de la escala de Likert, muy utilizada en investigaciones sobre actitudes; empero, para una evaluación psicológica tiene limitaciones en tanto los informantes no digan la verdad. En este caso, es un concurso, y todos responderán a como les gustaría ser y no como son, por tanto se caería en sesgos notorios y no garantizaría la utilidad de la prueba ni menos reflejaría una evaluación psicológica del postulante.

Finalmente, un examen de esta naturaleza debe tener alto grado de transparencia, confiabilidad y credibilidad, esperamos que esta vez se reivindique el Gobierno del presidente García, después del desastre no sólo económico, sino educativo durante su primer gobierno.

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