domingo, 3 de julio de 2011

Intikutiymanta pachakutiykama: el giro decolonial

Intikutiymanta pachakutiykama: el giro decolonial

Escribe: Adolfo Zárate Perez | Cultural - 12:57h

Sapa wata tiqsi muyu kutimun kasqanman, maymantachus lluksisqanmanta, chaymi intikutiy. Sapa wata kasqan ñanta purim; ahinan kausayninchik, kasqallampi muyurinchik mana kutirispa, mana wak ñanta machkaspa. Chaymi, sapa intikutiypi, kutirina pachakutiman allipanapak. ¿Imataq hap'iwanchis? ¿Imanaqtintaq mana kunankama pachakuti chayamunchu? Chaymanta rimarisun kay qhillqaypi.


Cada intikutiy que marca el inicio de un Año Nuevo es un microciclo de renovación y revitalización del ser y el saber del hombre andino, proceso que conduce a ciclos de transformación más grandes como el Pachakutiy. Esto ocurre solo cuando el hombre se sacude de toda forma de dominación y dependencia. Una de las perspectivas actuales que plantea este proceso son las llamadas Teorías Decoloniales.

En los últimos años, no solo en el campo de las Ciencias Sociales sino en todos los campos del saber, se vienen consolidando las teorías postcoloniales en el mundo (McClintock, 1992; Shohat, 1992; Radhakrishnan, 1993; Dirlik, 1994 y Jameson, 1991) como respuesta a la globalización euronorteamericana desde las “otras” formas de teorizar la interpretación de las realidades históricas, socioeconómicas y culturales. Las teorías postcoloniales se esfuerzan por deconstruir el concepto de razón construido en la modernidad e incorporar en ella la subjetivación de cualidades como las emociones y los sentimientos inherentes al ser humano, a partir del cual repensamos la modernidad y postmodernidad. En lo epistemológico, es clave concebir la diversidad del conocimiento como distintos espacios de enunciación. Dentro de este marco amplio, se encuentra la decolonialidad y las Teorías Decoloniales en América Latina que adquirió un matiz diferente, aunque en el estricto uso del término “teoría” no se tenga un núcleo sólido por la diversidad de posiciones dentro de este marco del conocimiento, los Estudios Decoloniales, significan hoy, una perspectiva crítica, actual y útil para nuestros países.

Los Estudios Decoloniales, desarrollados en Latinoamérica, son propuestas cohesionadoras en diversos campos del saber: epistémico (Mignolo, 2007; Walsh, 2007; Escobar, 2005), social, político, jurídico (Castro y Grosfoguel, 2007) educativo y económico (Coraggio, 2007). La decolonialidad cuestiona la reproducción de la colonialidad del saber en sentido lineal cuadriculados a la tradición europea occidental, dominante e imperial que ignoran, invisibilizan y minorizan otras formas de conocimiento o epístemes de otros contextos culturales como la andina o amazónica (Lipietz, 1994; Grosfoguel, 2006; Quijano, 2008; Dussel, 1999; Castro Gómez, 2005 y Maldonado, 2009). La perspectiva decolonial entiende, en Latinoamérica, que las culturas originarias tienen una manera diferente de pensar, que no están emparentadas con las teorías modernistas llenas de “ismos” – cristianismo, liberalismo y marxismo— y los cimientos de estos sistemas de pensamiento se encuentran en las culturas andinas, amazónicas y costeras de la antigua Abya Yala (América Latina).
Desde esta perspectiva hay dos frentes por trabajar, la decolonización del ser y el saber, ambos pasan por la descolonización del poder. La colonización del ser viene desde la formulación heideggereana que consiste en una rearticulación de la pregunta sobre el ser y de Dussel quien estudió la conexión entre el ser y la historia de las empresas coloniales, llegando así a la colonialidad del ser. La colonialidad del ser se refiere a la experiencia vivida de la colonización y su impacto en el lenguaje. La sabiduría no puede separarse del lenguaje, principal capital cultural y fuente de su identidad. De esta forma, si los lenguajes son inherentes al ser humano, en los términos de Mignolo (2003), la colonialidad del saber engendra la colonialidad del ser.

El surgimiento del concepto colonialidad del ser responde a la necesidad de aclarar los efectos de la colonialidad en la experiencia vivida, y no sólo en la mente de sujetos subalternos. A partir de esta percepción, la decolialidad del ser responde a la necesidad de resistir y liberar su existencia. Además, implica conectar los niveles genético, existencial e histórico. La aspiración fundamental de la decolonización consiste en la restauración del orden humano en la cual los sujetos puedan dar y recibir libremente, de acuerdo con el principio de la reciprocidad, complementariedad y dualidad del ser. El fundamento de este principio se encuentra en la concepción del cuerpo humano como la puerta de la conciencia, o bien, como mecanismo posible de apertura y recepción de la otredad (Maladonado-Torres, 2005).

La decolonialidad del ser es una expresión de las dinámicas que intentan crear una ruptura radical entre el orden del discurso y la expresión del poder. El mismo queda expresado en la transformación del orden del discurso (Foucault, 1977). La decolonialidad del ser también se refiere a dinámicas existenciales que emergen en contextos definidos o fuertemente marcados por el dicho moderno/colonial y racial. Ahí nacen los sentimientos de superioridad e inferioridad, en este sentido, la decolonialidad permite romper con ciertos modelos o esquemas mentales que inducen al racismo y clasismo en Latinoamérica, las mismas que son formas anacrónicas de acción y reacción de ciertos grupos sociales y culturales o aculturados.

La decolonización es la acción que rompe con las relaciones dominantes coloniales. La relevancia de estas formas de acción y pensamiento no son sólo sociales y políticas, sino también metafísicas. Las mismas pretenden restaurar el orden humano, haciendo desaparecer la lógica de la sub-alteridad. El fin último de la descolonización envuelve la subversión radical del paradigma del mundo moderno. Esta surge cuando los sujetos van más allá de los estándares de justicia social y trascienden los principios de la naturaleza.

Por su parte, la colonialidad del saber tiene que ver con el rol de la epistemología y las tareas generales de la producción del conocimiento en la reproducción de regímenes de pensamientos coloniales. En educación, esta perspectiva decolonial se trabaja desde distintas áreas como la Pedagogía, filosofía, epistemología, incluso se encuentran cercanas la pedagogía crítica, desde P. Freire hasta H. Giroux y Mc Laren.

Cabe aclarar que el eurocentrismo no es la perspectiva cognitiva de los europeos exclusivamente, o sólo de los dominantes del capitalismo mundial, sino del conjunto de los educados bajo su hegemonía (Quijano, 2007) este proceso cognitivo producido desde mucho tiempo atrás se ha impuesto desde el capitalismo moderno que normaliza, según sus intereses, patrones comunes, homogeneizantes concordantes con el patrón de poder.


La perspectiva decolonial también comparte con el análisis del sistema mundo y con los estudios poscoloniales la crítica al desarrollismo, a la nordomanía (imitación de modelos del norte por parte de las élites e intelectuales del sur), a la desigualdad de géneros, a las jerarquías raciales, al eurocentrismo (actitud colonial frente al conocimiento) y a los procesos culturales/ideológicos que favorecen la subordinación de las periferias a los centros capitalistas. No obstante, Castro y Grosfoguel (2007) advierten que el enfoque decolonial se aparta del determinismo cultural o del énfasis en el “discurso colonial de los sujetos” presentes en las perspectivas poscoloniales así como del determinismo económico-estructural o capitalocentrismo del enfoque de sistema mundo.
En conclusión, el giro de-colonial implica fundamentalmente, primero, un cambio de actitud en el sujeto práctico y de conocimiento (ser y saber), y luego, la transformación de la idea al proyecto de la de-colonización. El giro decolonial significa, en primer lugar, un cambio de perspectiva y actitud que se encuentra en las prácticas y formas de conocimiento de los sujetos colonizados, desde los inicios mismos de la colonización, y, en segundo lugar, un proyecto de transformación sistemática y global (pachakutiy) de las presuposiciones e implicaciones de la modernidad.

BIBLIOGRAFÍA:
Castro-Gomez, Santiago y Gosfroguel, Ramón (Eds) (2007): El Giro Decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Universidad Javeriana-Instituto Pensar, Universidad Central-IESCO, Siglo del Hombre.
Escobar, Arturo. Más allá del tercer mundo: globalización y diferencia. Instituto Colombiano de Antropología e Historia -ICANH-, Bogotá, 2005. Pp. 274
Maldonado-Torres, Nelson. (2006). Against War. Durham/London: Duke University
Press.

Mignolo,
Walter (2007). La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.

Walsh, Catherine (2008): Interculturalidad, plurinacionalidad y decolonialidad: las insurgencias político-epistémicas de refundar el Estado. Tabula Rasa, Núm. 9, julio-diciembre, 2008, 131-152; Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Bogotá, Colombia.